martes, 16 de julio de 2013

Deme un Ferrari pero baratito

Hace una semanas, sentada en una terracita, una de mis alumnas preferidas me contaba que había tenido una cita con un chico. Después de dos semanas de whatsapps, de charlas telefónicas y previo envío de fotos por parte de ambos, decidieron conocerse en persona (se conocieron a través de una página web para conocer gente, realmente no recuerdo el nombre). 

Quedaron en un bar y a menos de una hora de charla, el chico le dice que tiene que irse, sin más, cero explicaciones. A ver, quiero descartar la atracción física porque mi alumna es muy guapa y además porque el chico había visto fotos con anterioridad y la conversación virtual continua sin problemas. Entonces la pregunta que me hacía mi alumna era: "¿ que co....o pasó para que se fuera así?", en un primer momento yo tampoco lo entendí, entonces recurrí a un amigo para que me aclarara el tema, porque realmente necesitaba entender por qué cuando todo parece que va sobre ruedas las cosas se tuercen...

Mi amigo, que tiene muchos años de experiencia en la materia, me lo dijo en una sola palabra; EXPECTATIVAS

Me dice mi amigo que en ese encuentro seguramente mi alumna dijera algo que hiciera que las expectativas que el chico tenía con respecto a ella se derrumbaran. Esto me hizo volver atrás en mi vida y recordar una vez cuando yo estaba saliendo con un chico que, como buen chico, me comía la oreja más que bastante, según él todo lo que me decía era sincero y yo como buena idiota me lo creía, pues el tema siguió y claro pensando que los dos estábamos en la misma sintonía me tiré a la piscina, una piscina que él me dijo estaba llena de agua pero cuando me subí al trampolín, hice mi salto magistral, ¡pum! contra el suelo, duro, durísimo. Contándole esta experiencia a mi amigo me lo explicó con una metáfora, ya les conté la de la tarta de chocolate y ahora viene la del Ferrari. 

Pues la cosa va así: el chico en cuestión va a comprar un coche (el coche sería yo), va, lo estudia, le gusta, le encanta, todo va bien, está convencido hasta que ¡pam! el precio del coche tiene muchos, muchos ceros...vamos que lo que me trata de decir mi amigo es que no es que al chico no le guste el coche (o sea yo), que haya algo que no le cuadre, al contrario, lo único que no le cuadra es el precio, por eso prefiere mantenerse al margen y quedarse con el SEAT de toda la vida.

El tema de las expectativas, la expectativa que él tenía al comprar el coche era que fuera más barato, es decir él esperaba estar conmigo pero no estaba dispuesto a pagar el precio o las condiciones que yo había puesto. 

Yo nunca lo había visto así, lo veía como: "vale, no le gusto, algo no va, etc" y a veces no es que no le gustes, a veces es que los tiempos son diferentes y que las expectativas también lo son, por eso, con gustarse no es suficiente para tener una relación, las expectativas de ambos deben coincidir y estar dispuesto a pagar todos los ceros que hagan falta...


3 comentarios:

  1. Mi opinión:
    El día a día lo vivimos de un modo casi automático y este automatismo se encuentra falto de emociones, son los proyectos y las esperanzas que depositamos en nuestros proyectos las que nos mantienen activos y nos hacen sentir que estamos vivos, el día que perdemos la esperanza perdemos la vida.
    Esperanza, expectativas, ilusiones son adjetivos que definen las ganas con que afrontamos cada día y si realmente nos sentimos vivos, jóvenes, fuertes el listón lo tendremos alto y nuestra fuerza iluminará a quienes nos rodean, por ello tener las expectativas altas no es básicamente malo ya que es gasolina de alto octanaje.
    La cruz de las expectativas es que tienen que ser acordes a nuestras posibilidades o no se podrán cumplir y la frustración rondará nuestra puerta. La potencia que nos dan las expectativas cuando estamos cargados de ilusión por nuestros proyectos puede hacernos perder la perspectiva de la realidad y acabar por frustrarnos.
    La cuestión es saber buscar el equilibrio entre las expectativas que tenemos con nuestros proyectos, incluidos la pareja y el amor y la realidad o viabilidad de realizarlos, si las expectativas son bajas viviremos muertos y si son demasiado altas nos frutaremos por no alcanzarlas.
    Cualquier expectativa requiere de un ejercicio de madurez y de no dejarse deslumbrar por el brillo de lo que queremos tener, hay que coger perspectiva y verlo en el contexto general de tu vida, si encaja o no en tu proyecto, si estas cegado por el momento o forma parte de tu trayectoria vital.
    Si eres un Ferrari estupendo, pero no todo el mundo puede tenerlo, ni tiene capacidad para manejar tantos caballos de potencia, además es muy bajito y entrar y salir de él requiere que no estés gordo y tu estado físico sea adecuado o te quedarás agarrotado. Si alguien te dejó por ser un Ferrari hizo un ejercicio de madurez y se hizo un favor él y a ti, tu necesitas alguien cuyo plan de vida incluya un Ferrari y si el gordo acartonado quiere un Ferrari de vez en cuando que lo alquile que también es una posibilidad.

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    Besos!

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    1. Hola Ana, quiero meter el blog pero cuando me dice que copie el código no sé donde hacerlo, podrías indicarme en blogger en editar html exactamente donde debo ponerlo?. Gracias por invitarme!

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